Los gatos a lo largo de la historia
Un poco de historia, que a veces no está ni tan mal.
Los gatos ya eran más venerados y respetados en el antiguo Egipto que Lady Gaga en 2005. Los egipcios de la época pensaban que los gatos eran la reencarnación del dios Ra, el dios del sol, y del origen de la vida por ser representado este dios como un león. Pero saltaron al estrellato cuando se les consideró la encarnación de la diosa Bastet, guardiana del hogar, se creía (muy ciertamente) que eran unos grandes sanadores y que podían absorber toda la energía negativa que tenemos a nuestro alrededor. Es verdad que en invierno, un par de achuchones con ronronea y todo mejora.
La religión budista también guarda un lugar especial para los gatos, según esto, cuando una persona alcanzaba el nivel más alto de espiritualidad y fallecía, su alma se unía de una forma pausada al cuerpo de un gato, daba igual si era más corta o más larga la vida del gatete en el momento de su muerte el alma ascendería a un nivel superior. Cuando un pariente moría, se le enterraba junto a un gatito vivo (no te asustes y sigue leyendo), esta sepultura contaba con un orificio para que pudiera salir y así cuando el gato salía se suponía que ya era la reencarnación del familiar que había alcanzado otro nivel espiritual. Una cosa está clara, compartir tu vida con un gato te lleva a otro estado espiritual siempre, incluso cuando te pisotean la cabeza a las seis de la mañana en domingo.
Quien tiene un gato sabe perfectamente que de alguna forma estos felinos perciben a su manera a las distintas personas que están a su alrededor, y que cualquier emoción negativa queda solapada por una tranquilidad inminente cuando los escuchas ronronear a tu lado.
La pregunta es: ¿Ellos tienen alguna sensibilidad hacia las personas que les inclina a aceptarlas o no por algún criterio en especial?
Hay algunas personas relacionadas con el mundo del misticismo que siguen asegurando que los gatos cuidan nuestros sueños y se encargan de velar por nuestros viajes astrales. Esa gente no tiene un gato que les muerde el dedo del pie de madrugada.